El trofeo de
la Copa Mundial de la FIFA terminó en manos italianas en 2006 gracias, sobre
todo, a una excelente labor de equipo. El recuerdo más prominente de la final
disputada en el Estadio Olímpico de Berlín puede ser el chispazo de Zinedine
Zidane, que le llevó a tumbar de un cabezazo en el pecho a Marco Materazzi
pero, con todo, lo más admirable fue el esfuerzo que desplegaron los Azzurri
para conquistar su cuarta corona mundial.
Magistralmente
organizados por el seleccionador Marcello Lippi, que venía de triunfar con el
Juventus, y a lo que parece espoleados por el escándalo en curso de los
partidos amañados en su país, los italianos reforzaron su arte con una patente
camaradería. Veintiuno de los veintitrés convocados llegaron a saltar al
terreno de juego, y diez de ellos encontraron el camino de la red en este
certamen.
Italia se
defendió mejor que nadie en la Copa Mundial de la FIFA, con una retaguardia
construida en torno al guardameta Gianluigi Buffon y al capitán Fabio Cannavaro
que sólo concedió dos goles: uno en propia puerta y otro a raíz de una pena
máxima. Llamó la atención la aleación de seda y acero que fraguaron en la
medular Andrea Pirlo y Gennaro Gattuso, así como las bravas acometidas por las
bandas de los laterales Gianluca Zambrotta y Fabio Grosso.
Fue
precisamente un gol de Grosso el que decantó la soberbia semifinal contra
Alemania del lado italiano, y fue su lanzamiento en la tanda de penales de la
final tras el 1-1 con el que acabó el partido el que selló la victoria
definitiva. Curiosamente, se trataba del primer triunfo de los Azzurri en los
penales decisivos, inmejorable remedio para enterrar de una vez por todas los
fantasmas de sus tres anteriores fracasos en esa ruleta rusa, especialmente la
de la final de 1994.
Pero esta edición
de la Copa Mundial de la FIFA no fue sólo un éxito para Italia. El joven equipo
de Jurgen Klinsmann se subió al tercer podio haciendo un fútbol atacante y de
gran cilindrada que además era bonito de ver. Los anfitriones acabaron máximos
realizadores con 14 goles, 5 de ellos a cargo de Miroslav Klose, ganador de la
Bota de Oro adidas, y 3 de Lukas Podolski, Mejor Jugador Joven de Gillette.
La selección
de Klinsmann encarnó mejor que ninguna otra el espíritu de Alemania 2006.
Mientras el viejo estereotipo de la adusta eficiencia alemana era desmantelado
por la vibrante actuación de la Mannshaft dentro de los estadios, fuera de
ellos el público alemán hacía bueno el lema del certamen: "Un mundo entre
amigos". Ingentes muchedumbres se congregaron en los parques dispuestos
para los seguidores en todo el país, y los habitantes del lugar no escatimaron
esfuerzos para agasajar a sus numerosos visitantes.
Aquel mes de
fútbol en Alemania cautivó no sólo a los 3,359,439 espectadores que acudieron a
los partidos en los 12 magníficos estadios (o a los millones que participaron
en las fiestas de los seguidores, las Fan Fests), sino también a una audiencia
mundial superior a los 30 mil millones de televidentes, sumando los totales de
los distintos encuentros. Todos fueron testigo de una obra en la que los 32
protagonistas, desde Angola a Estados Unidos, se confabularon para emocionar,
entusiasmar y a veces exasperar a los espectadores a lo largo de un festival de
64 partidos y 147 goles.
Hubo
espectáculo para todos los gustos. Por ejemplo, el que ofreció un Zidane
montado en la máquina del tiempo para regresar a sus mejores años y contribuir
a que la Francia de Raymond Domenech dejara en la cuneta a España y a Brasil en
su camino hacia Berlín. La proeza hizo acreedor al veterano de 33 años del
Balón de Oro adidas. Sin embargo, aunque marcó un gol contra Italia ocho años
después de haber acertado dos en la final de 1998, el astro francés no cumplió
su sueño.
El
fulgurante extremo portugués Cristiano Ronaldo fue otra figura que brilló en el
ascenso de su equipo hasta los cuatro mejores, algo que no ocurría desde 1966.
Al perder contra Francia, el seleccionador de Portugal, Luiz Felipe Scolari, no
pudo encadenar su segunda final consecutiva en el certamen después de su triunfo
en 2002 con Brasil.
Aunque las
semifinales fueron un asunto estrictamente europeo, hubo otras naciones que
sobresalieron. Antes de sucumbir a los penales ante Alemania, Argentina expuso
un fútbol deslumbrante y marcó el mejor gol colectivo del campeonato cuando
Esteban Cambiasso remató una jugada de 24 pases en el severo correctivo por 6-0
infligido a Serbia y Montenegro. Y posiblemente el mejor gol individual también
fue argentino, pues será difícil olvidar la volea que Maxi Rodríguez usó para
dejar fuera de combate al robusto combinado mexicano.
Los
principiantes africanos tuvieron motivos para marcharse con la cabeza alta.
Costa de Marfil dio unos cuantos sustos a Argentina y Holanda pese a perder
ante ambos, Angola arrancó sendos empates contra México e Irán, y el audaz
equipo de Ghana, encabezado por Stephen Appiah y Michael Essien, venció a la
República Checa y a Estados Unidos antes de caer ante Brasil en octavos.
Otros hechos
notables fueron: el empate sin goles que Trinidad y Tobago logró ante Suecia en
su estreno mundialista; la victoria de Ecuador sobre Polonia y Costa Rica, que
significó su pase a la segunda ronda por primera vez en su historia; la bravura
de los australianos contra Japón, que les permitió remontar el choque con tres
goles en los diez últimos minutos y pasar a la ronda de octavos; y la defensa
de Suiza, que permaneció inexpugnada en sus cuatro contiendas.
Y, como no
podía ser de otro modo, también hubo decepciones. Si bien Ronaldo entró en el
libro de los récords con su 15º gol en la Copa Mundial de la FIFA, las
estrellas brasileñas no dieron la talla pese a llegar a cuartos, y lo mismo le
ocurrió a Inglaterra. Por su parte, los conjuntos asiáticos no pudieron
mantenerse a la altura demostrada en 2002 y regresaron pronto a casa. A medida
que avanzaba el torneo hacia las fases eliminatorias, los goles fueron
haciéndose cada vez más escasos (Alemania 2006 tiene el promedio más bajo de
goles desde 1990), y también las sorpresas, salvo quizás el pase de Ucrania a
cuartos.
Allí los ucranianos perdieron contra Italia, pero no tuvieron nada de
qué avergonzarse, pues Cannavaro y compañía se proclamarían luego campeones.
Resumen de
datos
Equipos: 32
Cuándo: 09
junio 2006 hasta 09 julio 2006
Final: 09
julio 2006
Partidos: 64
Goles: 147
(promedio de 2.3 por partido)
Asistencia:
3359439 (promedio de 52491)
Ganador:
Italia
Segundo:
Francia
Tercero:
Alemania
Cuarto:
Portugal
Balón de Oro
de adidas: Zinedine ZIDANE (FRA)
Bota de Oro
de adidas: Miroslav KLOSE (GER)
Premio
Yashin para el Mejor Portero: Gianluigi BUFFON (ITA)
Mejor
Jugador Joven: Lukas PODOLSKI (GER)
Premio Fair
Play de la FIFA: España, Brasil
Premio FIFA
para el equipo más atractivo: Portugal
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