Un saludo en un nuevo
aniversario a la hermosa ciudad blanca de Arequipa, como lo expresan Los
Dávalos, en el famoso vals: La novia adorada y a su prometido El Misti,
inseparables en su eterna marcha nupcial. Felices 475 años de fundación, ciudad
líder del sur peruano y baluarte de las libertades civiles y democráticas. Una
gran congratulación a esa gallarda ciudad en estas fechas de magna y especial celebración.
Nuestra hermosa Arequipa conmemora su 475º aniversario con
diversas actividades culturales, las cuales están orientadas a difundir y
promocionar las costumbres de Arequipa y
los atractivos turísticos entre los que podemos destacar la Plaza de Armas
rodeada de sus majestuosos portales, la impresionante Catedral que representa
la elevada espiritualidad de sus habitantes y es considerado uno de los
primeros monumentos religiosos más
antiguos en la historia de Arequipa.
Arequipa, antes de la llegada de los españoles, estaba
conformada por asentamientos humanos de poca jerarquía instituidos por el
sistema del Tahuantinsuyo; por estas características es que la Ciudad Blanca
estaba considerada como una ciudad de paso entre la costa y la sierra que la
colocaba en rol económico y económico inexperto dentro del imperio incaico. A
la llegada de los españoles, Don Manuel Garcí de Carbajal fundó la Ciudad
Blanca el 15 de agosto de 1540 por orden del marqués Don Francisco Pizarro con
el nombre de “Villa Hermosa de la Asunción del Valle de Arequipa”, el acto
ocurrió la zona denominada “encima de la barranca del rio”, hoy San Lázaro, es
a partir de ese momento en que se proyecta como un urbe de desarrollo para el
Sur.
El virrey Francisco de Toledo quien por los grandes
servicios que Arequipa presta a la corona de España, le otorga el título de La
Muy Noble y Muy Leal; con tal
reconocimiento y con el paso de los años las diversas actividades como
comercial lanera, vitivinícola y minera alcanzan gran auge económico.
Más adelante se construyen las vías interregionales, aparece
el ferrocarril que diversifica la actividad económica convirtiendo a Arequipa
en el eje industrial del Sur; de ésta manera y con el transcurrir del tiempo,
la modernidad y la tecnología forjan una
región fuerte y sólida, condiciones que nos llevaron a ser un importante
escenario para la inversión nacional e internacional.
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