Tras el pitazo final del árbitro Diego Haro, Arequipa y el
Misti empezaron a alistar sus mejores trajes de gala para lo que podría ser un
fin de fiesta espectacular que se realizará este miércoles (3.30 p.m.) en el
estadio Monumental Arequipa.
Todos quieren ser testigos de un día que puede pasar a la
historia del fútbol arequipeño. Y es que Melgar, el hijo predilecto de la
Ciudad Blanca, acaricia el título luego de empatar 2-2 ante Cristal en el
Nacional de Lima por la primera final del Descentralizado 2015.
A estas alturas, si el partido fue o no bien jugado por
parte de ambas escuadras, pasa a segundo plano. Lo importante es que a base de
amor y orgullo propio, el dominó igualó un compromiso que estuvo a ocho tres
minutos de perderlo.
Que Bernardo Cuesta, en la puerta del arco, haya decidido
ceder su gol a Minzum Quina (87’), es una fiel demostración que este Melgar
tiene como prioridad el compromiso grupal al colectivo. “Aquí no hay héroes,
aquí hay un equipo”, sería el calificativo más idóneo.
Pero este primer capítulo inició con el tanto de Eduardo
Uribe (39’), en un momento en el que los celestes eran ligeramente superiores
al cuadro de Reynoso. Un contrataque bien elaborado, de esos que le gusta al
“Cabezón”, terminó por darle una ventaja inmerecida hasta ese momento.
Sin embargo, tres minutos después, el arquero Daniel
Ferreyra se encargaría de lograr el empate bajopontino. Al intentar puñetear la
pelota, el “Canguro” hizo que ésta impacte en la espalda de Mario Palomino,
provocando un autogol que le venía como anillo al dedo a los rimenses, con lo
cual terminaba el primer tiempo.
Esa paridad hizo tambalear los cimientos de Melgar, que cayó
a un vació del cual parecía no recuperarse, a tal punto que Cristal
aprovecharía ese mal momento para generar un penal que lo ejecutaría sin
problemas el habilidoso Renzo Sheput (52’).
Al margen de esos instantes de dudas, si hay algo que
resaltar es sin duda el orden y el automatismo que impone Reynoso, que pese a
ser desesperante, evita que sus pupilos confundan la rapidez con la vehemencia
de la desesperación.
El momento clave fue el cambio de Ysrael Zúñiga por Johnnier
Montaño. Con su sola presencia, el experimentado “Cachete” desestabilizó la
defensa de Cristal que no había pasado muchos apremios en el cotejo y que no
supo responder las mañas de un jugador forjado para este tipo de definiciones.
El partido no estaba cerrado. Con sus imprecisiones Cristal
buscaba el tercer gol que le daría la tranquilidad, pero encontró a un Ferreyra
y una línea defensiva que mostró sus credenciales del porque es la menos batida
de la temporada.
Cuando todos empezaban a sacar sus calculadoras, llegó el
tanto de Quina que desató la alegría de su técnico. Sí, ese Reynoso siempre con
el ceño fruncido rompió sus propios esquemas, y hasta quizá sus reglas de vida,
para desahogar, para sacar esa bronca, alegría, presión… quién sabe qué
sentimiento, pero que se materializó en el grito de un técnico que sabe que el
título está muy, pero muy cerca.
Esto es fútbol
y como tal, cualquier cosa puede pasar, pero nadie negará que el empate de esta
tarde, es una valla muy alta para un Cristal que dejó en claro la fragilidad
con la que clasificó a la final.
Pitazo de Diego Haro y Arequipa se prepara para un fin de
fiesta espectacular. Para ver los colores de su equipo dando por primera vez la
vuelta en su hogar, ante los suyos, bajo su cielo, en su tierra, ante su volcán
y en un año de ensueño, un año de Centenario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario