¿Quedar
hecho puré después de un entrenamiento fuerte? Si creías que era inevitable
sentir las piernas de gelatina el día después de salir a correr o que te
tiemble el pulso después de una buena sesión en el gimnasio estás en un error.
Hay una serie de actividades que se acoplan al calentamiento y te ayudarán a
pasar tranquilo esos días de recuperación muscular.
Recuperación
para velocistas:
Correr
piques o buscando velocidad es un ejercicio sumamente exigente para el cuerpo.
Tus músculos se van a estirar y contraer de forma rápida y brusca. Entre pique
y pique debes descansar lo suficiente para que tu cuerpo reponga por completo
su reserva de fosfocreatina. Es una molécula que almacena la energía de los
músculos. Los especialistas recomiendan descansos de 3 minutos entre sesión y
sesión. De esta manera, tu entrenamiento será más efectivo ya que alcanzarás
máxima potencia en cada serie.
Recuperación
para trotes cortos:
No pares en
seco, ve bajando la velocidad del trote. Mientras más lentamente tus músculos
pasen de activos a reposo es mejor. Si corres 1 hora debes darte 10 o 15
minutos de trote suave. Por último, estira suavemente los músculos de las
piernas. Recuerda que los trotes son un ejercicio más de resistencia que de
velocidad. Intenta cada vez ir más lejos y romper tus propios récords sin
olvidarte que necesitas un tiempo extra para relajar los músculos.
Recuperación
para entrenamientos intensos:
Estos son
los más problemáticos. Ese mismo día estás con toda la actitud pero la semana
siguiente te la pasas sentándote despacito y sintiendo que tu cuerpo se ha
quedado sin fuerzas. Mover los músculos duele y la recuperación es lenta. Para
evitar este problema debes comer proteínas. Después de entrenar llena tu cuerpo
de proteínas y así no sufrirás tanto los días que vienen a continuación. Si no
te gusta comer después de hacer ejercicio toma un batido. Pista: claras de
huevos y pechuga de pollo.
Fuente: Mens
Health / Estar Bien
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