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3 de febrero de 2017

Reglamento FIDE Actualizado al 2017

Las Leyes del Ajedrez no pueden abarcar todas las situaciones posibles que pueden surgir durante una partida, así como tampoco pueden regular todas las cuestiones administrativas. 

En los casos no regulados con precisión por un Artículo de las Leyes, debería ser posible llegar a una decisión correcta estudiando situaciones análogas examinadas en las mismas. Las Leyes presuponen que los árbitros tienen la competencia, recto juicio y absoluta objetividad necesarios para ello. 

Una reglamentación excesivamente detallada podría privar al árbitro de su libertad de criterio e impedirle hallar una solución a un problema, guiada por la ecuanimidad, la lógica y la consideración de factores especiales. La FIDE apela a todos los jugadores de ajedrez y federaciones para que acepten este criterio.

Una condición necesaria para que una partida sea valorada por la FIDE es que se debe jugar de acuerdo con las Leyes del Ajedrez de la FIDE.

Se recomienda que las partidas no valoradas por la FIDE se jueguen de acuerdo con las Leyes del Ajedrez de la FIDE.

Las Federaciones afiliadas pueden solicitar a la FIDE que se pronuncie sobre las cuestiones relativas a las Leyes del Ajedrez.

Estos son los artículos modificados:

Artículo 4.6 Los reyes no abdican, en efecto, pero cambian ligeramente las normas para la coronación. Se relaja la obligación de poner primero el peón en octava y cambiarlo después por la pieza elegida (casi siempre una dama). Ahora se puede quitar el peón de la séptima fila y colocar directamente la pieza elegida en su casilla de coronación. O al revés. Colocar la nueva dama y quitar después el peón.

Artículo 6.2a Nueva norma contra los listillos apresurados. Es frecuente, sobre todo en partidas rápidas, que después de hacer el movimiento y antes de darle al reloj el contrario realice su nueva jugada, metiendo presión y sin dar tiempo siquiera a pulsar el mecanismo. En partidas con incremento (cada vez que movemos el reloj nos añade algunos segundos) esto es especialmente perjudicial. Ahora se considera que nuestra jugada no está completada hasta que pulsemos el reloj. Si el rival se adelanta, podemos presionar el reloj igualmente, aunque nos vuelva a tocar a nosotros. Así no perderemos el incremento. Si lo preferimos, también podemos hacer la nueva jugada y presionar el reloj, como si no hubiera pasado nada.

Artículo 7.5a De vueltas a la coronación, si alguien lleva el peón a octava pero no lo sustituye por la pieza elegida, en primer lugar se considera que es ilegal. A efectos prácticos, se sustituirá por una dama, aunque eso perjudique al jugador que corona. A veces es conveniente elegir otra pieza para evitar ahogar al rival o para dar un jaque con un flamante caballo, por ejemplo.

Artículo 7.5b Se penalizan más las jugadas ilegales. La primera vez, el rival recibe dos minutos de regalo. La segunda, se declara perdida la partida al jugador que ha movido mal o se declaran tablas, como mínimo, si el rival no tiene material suficiente para ganar. Esto ocurre si solo le queda el rey, por ejemplo.

Artículo 9.5 Se acaba con un tecnicismo tonto. Cuando un jugador reclama tablas por triple repetición de la posición o por la regla de las 50 jugadas, parará el reloj y llamará al árbitro para exponer el caso. Si olvida parar el reloj, lo hará el árbitro nada más llegar. Antes, este se hacía el «longuis» si veía que el reclamante no había detenido el reloj y ni siquiera estaba obligado a escuchar la reclamación, a menudo ante la indignación del ajedrecista, que no entendía nada.

Artículo 9.6 Esto es una novedad, no una modificación. El árbitro puede declarar una partida tablas, de oficio, aunque no reclame ninguno de los dos jugadores. Lo hará cuando detecte una quíntuple repetición de posición (para que reclame un jugador basta que se produzca la misma posición tres veces) o se hayan realizado 75 jugadas seguidas sin capturas ni movimientos de peón. Para que reclame un jugador solo hacen falta 50, eso sigue igual.

Artículo 11.3b Regla anti-tramposos, que ocasiona algunas molestias. Ya no se podrá llevar un teléfono móvil a la sala (ni cualquier otro aparato de ese tipo) aunque esté apagado. En caso de incumplimiento, se le puede declarar la partida perdida. El árbitro, además, tendrá derecho legal a exigir al jugador que le permita comprobar su ropa. Eso sí, las inspecciones siempre se realizarán entre personas del mismo sexo.

Artículo 11.4 Los jugadores que terminan sus partidas pasan a ser considerados espectadores.

Artículo 11.9 Derecho a la ignorancia. El jugador puede pedir aclaraciones técnicas sobre alguna regla al árbitro. Antes el árbitro podía exigir su conocimiento y negarse a dar explicaciones.

Artículo 11.10. Un jugador puede apelar una decisión arbitral aunque ya haya firmado la planilla, salvo que las normas del torneo digan lo contrario. Es de suponer que los organizadores se curarán en salud introduciendo la frase correspondiente en las bases, por lo que es muy posible que no sirva para nada.

Además de estos cambios, se introducen varios «apéndices»:

Apéndice A (normas válidas para partidas rápidas)

A 1: Cambia la definición un poco. Ahora una rápida comprende ritmos de juego entre 10 y 60 minutos por partida. (Antes empezaban en 15 minutos). Para calcular cuando hay incrementos, se suma el tiempo fijo y se añade el añadido multiplicado por 60. Por ejemplo: una partida de 50 minutos más 20 segundos de incremento se sale del margen y no se considera partida rápida. Veamos el cálculo: 50 minutos + (20 segundos x 60) = 50 minutos + 1.200 segundos = 50 minutos + 20 minutos = 70 minutos.

A 4a: Si se detecta que el tablero (la esquina blanca debe estar a la derecha del jugador) o las piezas están mal colocados (rey y dama cambiados, por ejemplo) y no se han hecho más de diez movimientos, se corrige el error. Antes a partir de la tercera jugada se seguía jugando sin modificar nada.

A 4b: Jugadas ilegales. Atención a este cambio, porque es de los más importantes. Si el árbitro ve la jugada ilegal, declarará la partida perdida al infractor, pero solo puede hacerlo antes de que este realice su siguiente jugada. Antes tenía que detectar el movimiento irregular el oponente. Por supuesto, si este detecta la jugada ilegal, puede reclamar como antes, pero solo hasta que su rival haga otro movimiento. Obviamente, al detectar una jugada ilegal lo mejor es no seguir jugando, para evitar que la partida avance.

Por otro lado, si no hay reclamaciones, una jugada ilegal no se puede corregir después del siguiente movimiento del infractor, salvo que los dos jugadores estén de acuerdo, y por más evidente que sea el error cometido.

Apéndice B (Partidas relámpago)

B 1: Definición. Son las partidas con un máximo de 10 minutos para cada jugador. Para calcular incrementos se repite la fórmula del apéndice A con las rápidas: se multiplica el incremento por 60.

Apéndice G (Finales de partida)

Se aplica en aquella fase de la partida en la que ya no hay incremento y todas las jugadas restantes deben realizarse en un tiempo finito.

G 5 Un jugador con menos de dos minutos y la partida absolutamente ganada puede parar el reloj y reclamar tablas, antes de que su tiempo se agote. Deberá demostrar que el rival no puede ganar con el material que queda sobre el tablero y que solo está especulando con el reloj para llevarse una victoria injusta.

G 5a El árbitro puede aceptar la reclamación (se declaran las tablas), posponerla o rechazarla.

G 5b Si la pospone, se sigue jugando y se le dan dos minutos al oponente (por las molestias). En todo caso, el árbitro observará la partida y decidirá según lo que vea. Lo de observar la partida no es ninguna obviedad, dado que en muchos torneos hay más mesas que árbitros y no suelen tener el don de la ubicuidad.

G 5c. Si se rechaza, se le dan dos minutos al otro jugador y se sigue jugando, sin más.

Estas situaciones, que dependen del criterio humano, son algunas de las causas más frecuentes de discusión en los torneos. Por fortuna, los relojes digitales con incremento suelen evitar el conflicto, porque ya no es posible jugar a que se le caiga la bandera al otro. Si tiene la partida ganada, bastan un par de segundos de regalo por jugada para rematar la posición.

G 6 Qué hacer cuando no hay un árbitro presente. El jugador que reclame tablas (o lo que sea) tendrá que explicar sus motivos por escrito y copiar la posición. El adversario deberá revisar y aprobar, sobre todo para que no haya discrepancias en cuanto a la posición que refleja el tablero. Aunque todo acabe en manos del comité de competición correspondiente, que no haya árbitro ya es bastante malo y surgirán problemas casi con seguridad.

Elo

Además de estas reglas, se suavizan las condiciones para conseguir puntuación Elo internacional. Ahora bastan cinco partidas (y no nueve) para conseguirlo. Ni siquiera tienen que haber sido jugadas en el mismo torneo. El mínimo no vuelve a bajar, sin embargo, y sigue en 1000 puntos. Las razones de este cambio son económicas. Cuantos más jugadores con Elo FIDE, más ingresos. 

España, por ejemplo, tiene muchos más ajedrecistas «elados» de lo que le correspondería por potencial. Otra modificación es que varía la constante K que se aplica para calcular los cambios de puntuación. Esto significa que habrá variaciones de Elo en las listas más significativas, sobre todo entre jóvenes. Será más fácil escalar posiciones, pero también pegarse el batacazo.

En resumen, a excepción del asunto de los móviles, que debemos agradecer a los tramposos, se facilita la vida del jugador y se simplifican algunos tecnicismos.


Fuente: Torre 64 / Parte de la fuente: ABC

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