Las Leyes del Ajedrez no pueden abarcar todas las
situaciones posibles que pueden surgir durante una partida, así como tampoco
pueden regular todas las cuestiones administrativas.
En los casos no regulados
con precisión por un Artículo de las Leyes, debería ser posible llegar a una
decisión correcta estudiando situaciones análogas examinadas en las mismas. Las
Leyes presuponen que los árbitros tienen la competencia, recto juicio y
absoluta objetividad necesarios para ello.
Una reglamentación excesivamente detallada
podría privar al árbitro de su libertad de criterio e impedirle hallar una
solución a un problema, guiada por la ecuanimidad, la lógica y la consideración
de factores especiales. La FIDE apela a todos los jugadores de ajedrez y
federaciones para que acepten este criterio.
Una condición necesaria para que una partida sea valorada
por la FIDE es que se debe jugar de acuerdo con las Leyes del Ajedrez de la
FIDE.
Se recomienda que las partidas no valoradas por la FIDE se
jueguen de acuerdo con las Leyes del Ajedrez de la FIDE.
Las Federaciones afiliadas pueden solicitar a la FIDE que se
pronuncie sobre las cuestiones relativas a las Leyes del Ajedrez.
Estos son los artículos modificados:
Artículo 4.6 Los reyes no abdican, en efecto, pero cambian
ligeramente las normas para la coronación. Se relaja la obligación de poner
primero el peón en octava y cambiarlo después por la pieza elegida (casi
siempre una dama). Ahora se puede quitar el peón de la séptima fila y colocar
directamente la pieza elegida en su casilla de coronación. O al revés. Colocar
la nueva dama y quitar después el peón.
Artículo 6.2a Nueva norma contra los listillos apresurados.
Es frecuente, sobre todo en partidas rápidas, que después de hacer el
movimiento y antes de darle al reloj el contrario realice su nueva jugada,
metiendo presión y sin dar tiempo siquiera a pulsar el mecanismo. En partidas
con incremento (cada vez que movemos el reloj nos añade algunos segundos) esto
es especialmente perjudicial. Ahora se considera que nuestra jugada no está
completada hasta que pulsemos el reloj. Si el rival se adelanta, podemos
presionar el reloj igualmente, aunque nos vuelva a tocar a nosotros. Así no
perderemos el incremento. Si lo preferimos, también podemos hacer la nueva
jugada y presionar el reloj, como si no hubiera pasado nada.
Artículo 7.5a De vueltas a la coronación, si alguien lleva
el peón a octava pero no lo sustituye por la pieza elegida, en primer lugar se
considera que es ilegal. A efectos prácticos, se sustituirá por una dama,
aunque eso perjudique al jugador que corona. A veces es conveniente elegir otra
pieza para evitar ahogar al rival o para dar un jaque con un flamante caballo,
por ejemplo.
Artículo 7.5b Se penalizan más las jugadas ilegales. La
primera vez, el rival recibe dos minutos de regalo. La segunda, se declara
perdida la partida al jugador que ha movido mal o se declaran tablas, como
mínimo, si el rival no tiene material suficiente para ganar. Esto ocurre si
solo le queda el rey, por ejemplo.
Artículo 9.5 Se acaba con un tecnicismo tonto. Cuando un
jugador reclama tablas por triple repetición de la posición o por la regla de
las 50 jugadas, parará el reloj y llamará al árbitro para exponer el caso. Si
olvida parar el reloj, lo hará el árbitro nada más llegar. Antes, este se hacía
el «longuis» si veía que el reclamante no había detenido el reloj y ni siquiera
estaba obligado a escuchar la reclamación, a menudo ante la indignación del
ajedrecista, que no entendía nada.
Artículo 9.6 Esto es una novedad, no una modificación. El
árbitro puede declarar una partida tablas, de oficio, aunque no reclame ninguno
de los dos jugadores. Lo hará cuando detecte una quíntuple repetición de
posición (para que reclame un jugador basta que se produzca la misma posición
tres veces) o se hayan realizado 75 jugadas seguidas sin capturas ni
movimientos de peón. Para que reclame un jugador solo hacen falta 50, eso sigue
igual.
Artículo 11.3b Regla anti-tramposos, que ocasiona algunas
molestias. Ya no se podrá llevar un teléfono móvil a la sala (ni cualquier otro
aparato de ese tipo) aunque esté apagado. En caso de incumplimiento, se le
puede declarar la partida perdida. El árbitro, además, tendrá derecho legal a
exigir al jugador que le permita comprobar su ropa. Eso sí, las inspecciones
siempre se realizarán entre personas del mismo sexo.
Artículo 11.4 Los jugadores que terminan sus partidas pasan
a ser considerados espectadores.
Artículo 11.9 Derecho a la ignorancia. El jugador puede
pedir aclaraciones técnicas sobre alguna regla al árbitro. Antes el árbitro
podía exigir su conocimiento y negarse a dar explicaciones.
Artículo 11.10. Un jugador puede apelar una decisión
arbitral aunque ya haya firmado la planilla, salvo que las normas del torneo
digan lo contrario. Es de suponer que los organizadores se curarán en salud
introduciendo la frase correspondiente en las bases, por lo que es muy posible
que no sirva para nada.
Además de estos cambios, se introducen varios «apéndices»:
Apéndice A (normas válidas para partidas rápidas)
A 1: Cambia la definición un poco. Ahora una rápida
comprende ritmos de juego entre 10 y 60 minutos por partida. (Antes empezaban en
15 minutos). Para calcular cuando hay incrementos, se suma el tiempo fijo y se
añade el añadido multiplicado por 60. Por ejemplo: una partida de 50 minutos
más 20 segundos de incremento se sale del margen y no se considera partida
rápida. Veamos el cálculo: 50 minutos + (20 segundos x 60) = 50 minutos + 1.200
segundos = 50 minutos + 20 minutos = 70 minutos.
A 4a: Si se detecta que el tablero (la esquina blanca debe
estar a la derecha del jugador) o las piezas están mal colocados (rey y dama
cambiados, por ejemplo) y no se han hecho más de diez movimientos, se corrige
el error. Antes a partir de la tercera jugada se seguía jugando sin modificar
nada.
A 4b: Jugadas ilegales. Atención a este cambio, porque es de
los más importantes. Si el árbitro ve la jugada ilegal, declarará la partida
perdida al infractor, pero solo puede hacerlo antes de que este realice su
siguiente jugada. Antes tenía que detectar el movimiento irregular el oponente.
Por supuesto, si este detecta la jugada ilegal, puede reclamar como antes, pero
solo hasta que su rival haga otro movimiento. Obviamente, al detectar una
jugada ilegal lo mejor es no seguir jugando, para evitar que la partida avance.
Por otro lado, si no hay reclamaciones, una jugada ilegal no
se puede corregir después del siguiente movimiento del infractor, salvo que los
dos jugadores estén de acuerdo, y por más evidente que sea el error cometido.
Apéndice B (Partidas relámpago)
B 1: Definición. Son las partidas con un máximo de 10
minutos para cada jugador. Para calcular incrementos se repite la fórmula del
apéndice A con las rápidas: se multiplica el incremento por 60.
Apéndice G (Finales de partida)
Se aplica en aquella fase de la partida en la que ya no hay
incremento y todas las jugadas restantes deben realizarse en un tiempo finito.
G 5 Un jugador con menos de dos minutos y la partida absolutamente
ganada puede parar el reloj y reclamar tablas, antes de que su tiempo se agote.
Deberá demostrar que el rival no puede ganar con el material que queda sobre el
tablero y que solo está especulando con el reloj para llevarse una victoria
injusta.
G 5a El árbitro puede aceptar la reclamación (se declaran
las tablas), posponerla o rechazarla.
G 5b Si la pospone, se sigue jugando y se le dan dos minutos
al oponente (por las molestias). En todo caso, el árbitro observará la partida
y decidirá según lo que vea. Lo de observar la partida no es ninguna obviedad,
dado que en muchos torneos hay más mesas que árbitros y no suelen tener el don
de la ubicuidad.
G 5c. Si se rechaza, se le dan dos minutos al otro jugador y
se sigue jugando, sin más.
Estas situaciones, que dependen del criterio humano, son
algunas de las causas más frecuentes de discusión en los torneos. Por fortuna,
los relojes digitales con incremento suelen evitar el conflicto, porque ya no
es posible jugar a que se le caiga la bandera al otro. Si tiene la partida
ganada, bastan un par de segundos de regalo por jugada para rematar la
posición.
G 6 Qué hacer cuando no hay un árbitro presente. El jugador
que reclame tablas (o lo que sea) tendrá que explicar sus motivos por escrito y
copiar la posición. El adversario deberá revisar y aprobar, sobre todo para que
no haya discrepancias en cuanto a la posición que refleja el tablero. Aunque
todo acabe en manos del comité de competición correspondiente, que no haya
árbitro ya es bastante malo y surgirán problemas casi con seguridad.
Elo
Además de estas reglas, se suavizan las condiciones para
conseguir puntuación Elo internacional. Ahora bastan cinco partidas (y no
nueve) para conseguirlo. Ni siquiera tienen que haber sido jugadas en el mismo
torneo. El mínimo no vuelve a bajar, sin embargo, y sigue en 1000 puntos. Las
razones de este cambio son económicas. Cuantos más jugadores con Elo FIDE, más
ingresos.
España, por ejemplo, tiene muchos más ajedrecistas «elados» de lo que
le correspondería por potencial. Otra modificación es que varía la constante K
que se aplica para calcular los cambios de puntuación. Esto significa que habrá
variaciones de Elo en las listas más significativas, sobre todo entre jóvenes.
Será más fácil escalar posiciones, pero también pegarse el batacazo.
En resumen, a excepción del asunto de los móviles, que
debemos agradecer a los tramposos, se facilita la vida del jugador y se
simplifican algunos tecnicismos.
Fuente: Torre 64 / Parte de la fuente: ABC
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