
El piloto
alemán Sebastian Vettel terminó con cara de pocos amigos el último
entrenamiento de pretemporada de la Fórmula 1 en el circuito de Sakhir, en
Bahréin. La monoplaza que estrenará este año se le malogró dos veces.
Empujó el
coche. Debido a ese motivo, Sebastian Vettel no pudo concluir vuelta alguna. Y
cuando el imperfecto técnico parecía solucionado, otra vez se averió. Antes esa
situación, Vettel se bajó del coche y lo empujó para llevarlo al box de Red Bull
con la colaboración de otros asistentes.
Piden que se
tranquilice. No es la primera vez que Sebastian Vettel se enoja por algún
problema con el RB10, especialmente con el motor Renault. Según el asesor de la
escudería, Helmut Marko, el piloto reniega mucho y le pide que se controle.
“Enfadarse no nos aporta en nada”.
Fuente: Depor.pe
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