Por años este curso se encontraba en un
segundo plano. Sin embargo, genera más beneficios a los niños de lo que se cree.
Hace un poco más de 25 años el Perú tomo la
decisión de dejar de ver el tema del desarrollo corporal como una prioridad de
estado. De esta forma el curso de educación física pasó a un segundo plano
dentro de los centros educativos. Como consecuencia, dejó de ser dictado por
especialistas y empezó a ser enseñado por profesores de primaria. Pero, ¿fue
una medida adecuada?
La actividad física en niños no sólo ayuda
a quemar calorías y a bajar de peso, sino que es parte fundamental en su
correcto desarrollo físico y mental, así explica Pilar Appiani, Directora de
Promoción Escolar, Cultura y Deporte del Ministerio de Educación.
La constante actividad física es una
herramienta vital para reducir casos de estrés, ansiedad y depresión. Asimismo,
disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, musculares,
diabetes y obesidad.
Sin embargo, este curso también es una
herramienta vital para que el niño pueda desarrollar una conciencia de hábitos
saludables y sepa que es lo mejor para su cuerpo. Permitiendo así que el alumno
conozca que la vida sedentaria reduce la tonicidad de sus músculos, sepa tomar
mejores decisiones alimentarias y evite el consumo de comidas con alto
contenido de grasas.
Esto se debe a que el curso de educación
física, a pesar de lo que muchos piensan, es más que sólo jugar fútbol o vóley.
“Educación física no es deporte. Es una
forma en que el estudiante desarrolla su corporeidad, es decir, conocen las
características y límites de su cuerpo. Es la creación de hábitos de vida
activa, de nutrición y de limpieza”, señala Appiani.
¿CUÁNTAS HORAS DE EDUCACIÓN FÍSICA?
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
recomienda de 30 a 60 minutos de educación física al día, un promedio de tres a
cinco horas a la semana. Países como Chile han empezado a implementar un
régimen de cuatro horas. En el caso de Perú, los colegios enseñaban este curso
sólo dos horas a la semana, tendencia que ya ha cambiado a cinco.
Sin embargo, según señala Appiani, esta
baja importancia que se le ha dado a la educación física.
“Muchos padres opinan que la educación
física es deporte, por lo tanto le quita el tiempo a sus hijos de aprender
matemáticas o comunicación, lo que no está mal, pero se olvidan que el
ejercicio es fundamental para el correcto desarrollo de las capacidades intelectuales.
Si una persona no aprende a respirar, tarde o temprano su proceso de
oxigenación, y por lo tanto sus procesos mentales, se verán afectados.
LA EDUCACIÓN FÍSICA Y LA PSICOLOGÍA DEL
NIÑO
“Nosotros organizamos los juegos deportivos
escolares nacionales todos los años. Este año hemos tenidos desde la etapa
inicial más de 2 millones 800 mil chicos. El 80% de aquellos que llegan a las
dos últimas etapas de la competencia están el tercer superior de rendimiento
académico”, explica la especialista. De esta forma intenta eliminar la idea que
los buenos deportistas no son buenos estudiantes.
Esto se debe a que la actividad física
constante crea una mayor disciplina en los niños, les enseña a ser más
tolerantes al fracaso y a manejar la frustración. “Realizar un ejercicios
deportivo no es fácil y se fallará al principio. Sin embargo la educación
física ayuda a formar el carácter del niño y a ser consciente que deberá
intentarlo varias veces al inicio”, agrega Appiani.
CREANDO LOS DEPORTISTAS DEL MAÑANA
Si desde pequeños lo colegios no han
sembrado la base adecuada respecto a la actividad física, cómo se espera que en
el futuro se tenga deportistas que puedan competir internacionalmente.
“Puede que (el niño) tenga un talento
innato pero nunca jamás será como alguien que lo estuvo haciendo gradualmente.
Si tú tienes unos chicos que no han desarrollado bien su lateralidad, que no se
ubican bien en el espacio, que no tienen fortalecida su coordinación motora
gruesa ni su tonicidad muscular, estarán en desventaja”, afirma la
especialista.
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