
Segundos después del pitazo final de la semifinal de la Copa América, Paolo Guerrero fue entrevistado.
Chile le había ganado 2 a 1 a Perú, Nos había ganado bien, dada, entre otras cosas, la ventaja númerica, Al ‘9’ nacional le preguntaron por el árbitro, quien –según él– no le había cobrado penal. Uno esperó al Paolo enrojecido.
Ni por asomo lo fue. La furia acostumbrada de la derrota, de buscar culpables inexistentes, ha dado paso a la tranquilidad en este Perú de Ricardo Gareca.
Paolo declaró tranquilo. Más allá de dudar por la designación tardía del árbitro José Argote, habló con propiedad. El mensaje calmó.
¿Y por qué el mensaje debe ser ese? Porque haber visto esta Copa América nos llena de felicidad. Nos da motivos para creer que se están haciendo las cosas bien.
Perú, con uno menos, complicó al local, le empatamos; tuvo entre sus filas a hombres disputando cada pelota, sin dejar de preocupar a su rival.
Todo sumado a la seguidilla de partidos que mostraron la idea que tiene Ricardo Gareca con Perú: competir, siempre competir; competir con la pelota, con atrevimiento, sin sentirse menos que nadie.
La clave está en la confianza que se ha inyectado en los jugadores: sintiendo que pueden, pierden el miedo a la derrota, se sienten ganadores. Los resultados se ven en partidos como el de esta noche.
Nada que reprocharle a este equipo. Por el contrario: esperamos ansiosos lo que podamos ver en el futuro.
La Copa América no ha terminado, aún Perú debe jugar por el tercer lugar. Pero más allá del resultado, que nos duele, la sensación es de tranquilidad, de esperanza. Paolo se lo dijo al país.
Por Alberto Beingolea F.
Fuente: depor.pe
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