113 minutos de juego intenso, de ocasiones para uno y otro,
y de miedo a un error fatal. Alemania y Argentina, tras 31 días de competición,
querían coronarse campeonas en el Maracaná. Y la final de la Copa Mundial de la
FIFA 2014™, celebrada justo hace hoy un año, estaba siendo un combate igualado,
de esos en los que tan importante es buscar el golpe certero como no bajar la
guardia.

En la primera mitad la había tenido Gonzalo Higuaín, que
falló solo ante Manuel Neuer. Al palo había ido el cabezazo de Howedes en un
saque de esquina. Ya en la segunda parte, el tiro de Leo Messi se marchó a
milímetros del palo derecho, Miroslav Klose cabeceó flojo y, al poco de
comenzar el alargue, Rodrigo Palacio erró lo imposible.
Así las cosas, jugadores y espectadores eran cada vez más
conscientes de que un detalle podía cambiarlo todo. Argentina aguardaba
replegada esperando un chispazo de alguno de sus genios, pero fueron dos
suplentes alemanes los que acapararon el protagonismo en ese minuto 113.

Con poco tiempo para reaccionar, los hombres de Alejandro
Sabella le pusieron corazón, pero no fue suficiente, y Alemania terminaba
levantando el trofeo al cielo del Maracaná el 13 de julio de 2014.
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